Santa Blues (Tenerife 2022)
Santa Cruz de Tenerife (Tenerife)
Comenzar a salir del letargo musical en el que nos encontrábamos debido a la pandemia, es algo que vivo con la ilusión de una niña la noche de Reyes.
Y es que, ¿puede haber algo mejor que sentir que la música comienza a liberarse poco a poco?
Para el festival de blues más importante de Canarias, la mayoría de edad se asemejó a lo que nos sucede cuando soplamos las velas con forma de dieciocho: LIBERTAD.
El festival volvía al lugar que lo vio nacer, la calle (aunque, con el fin de aprovechar las infraestructuras de las Fiestas de Mayo, se trasladó a la Plaza de La Candelaria en lugar de su habitual ubicación en la Plaza de la Concepción).
Santa Blues es sinónimo de autenticidad, de ambiente y de virtuosismo; unos ingredientes realmente interesantes, que siempre logran congregar a un público que valora de forma positiva el plato que se les ofrece.
En esta ocasión, la armónica fue el instrumento homenajeado pues es elemento clave en dos de las tres bandas que componían el cartel: Guillermo & The Satellite Rockets (Canarias) y el sexteto cabeza de cartel, Sugar Blue (EE.UU). Si los acompañamos de The Nuts Brothers (Madrid), tendríamos ya ante nosotros el plantel de lujo que nos tenía preparada la 18ª edición del Santa Blues.
Los canarios fueron los encargados de romper el hielo y lo hicieron transitando entre el blues, el funky y el jazz, expandiendo así los límites de la armónica diatónica sin dejar de lado su esencia más clásica.
Seguidamente, los madrileños The Nuts Brothers, vinieron a traer la esencia de las jam sessions al escenario tinerfeño.
La tarde había transcurrido casi sin darnos cuenta, y le llegaba el turno a Sugar Blue.
Dos veces ha conquistado el codiciado premio Grammy. En 1985 por su disco Blues Explosion, grabado en vivo en el popular Festival de Jazz de Montreux, como Mejor Álbum de Blues Tradicional, y en 1989, por su participación en el álbum de Willie Dixon, Hidden Charms.
Actualmente su carrera musical está consolidada, pletórica, sin estrés, con el fuego lento de toda una vida en los escenarios, pero musicalmente con la precisión de un tornado.
No nos imaginamos un cierre mejor para una noche que pedía a gritos que la música fuese liberada.
Así da gusto llegar a la mayoría de edad.
