'Musas de Gotham' de Paul Dini y Guillem March

Debo reconocer que soy una obsesa de Batman y del universo que DC Cómics ha creado en torno a este personaje. Aunque también es cierto que no comencé a interesarme seriamente por este tema hasta que vi por primera vez las películas de Christopher Nolan. A partir de ese momento, me volví una adicta a todo lo que tuviese que ver con esta historia: cómics, películas antiguas, series, videojuegos…

Considero que DC Cómics acierta más en la construcción de sus villanos y que Marvel tiene mejor mano con sus héroes. Es quizá por esto que uno de los personajes que logró captar mi atención por encima del resto fue El Joker, archienemigo de Batman. Si unimos mi interés por el papel femenino en las historias que leo y mi curiosidad por este villano, tenemos como resultado a la que puedo considerar mi personaje favorito de todo el universo DC: Harley Quinn.

La psiquiatra más malvada de Arkham logró cautivarme desde el principio. El origen de su historia, el desarrollo de su personaje a lo largo de las series y ver cómo, poco a poco, se va dando cuenta de su obsesión por el Joker, son algunos de los aspectos argumentales que más disfruté.

Pero no estamos aquí para hablar de Harley Quinn de forma exclusiva, ya que en esta reseña quiero hablarles de la serie de cómics Musas de Gotham (Gotham City Sirens), protagonizada por Catwoman, Poison Ivy y mi adorada Harley.

Esta serie vio la luz por primera vez en el año 2009 de la mano de Paul Dini (productor de la serie animada de Batman y creador del personaje de Harley Quinn) y el arte gráfico del ilustrador español Guillem March. Consta de un total de 26 episodios compuestos por 21 páginas cada uno. Este hecho hace que su lectura sea muy ágil, además de tratarse del formato cómic, un género que por su propia naturaleza no suele hacerse nada pesado.

En cuanto al argumento, sólo puedo decir que tiene multitud de subidas y bajadas durante el desarrollo de la historia. Hay algunos pasajes muy interesantes y otros que podrían eliminarse de un plumazo sin notar apenas la pérdida. Esta deficiencia en cuanto al guión lo salva, sin duda alguna, el gran trabajo artístico de Guillem March. Los dibujos son realmente preciosos, llenos de matices y haciendo uso de composiciones realmente geniales a la hora de ilustrar ciertos momentos de la historia.

¿Qué pasa? Que odio con toda mi alma el hecho de que se sexualicen de forma tan descarada a los personajes femeninos (y sí, entiendo que el público al que suelen ir dirigidos estos cómics suelen ser varones con hormonas revolucionadas), pero creo que no es necesario ese abuso de senos y glúteos a medida industrial por doquier. Aunque mejor no me quejo de esto, que al menos Harley sale con su vestido original y no con un modelito digno de una Suicide Girl.

Otro de los aspectos que quiero destacar es la aparición de muchísimos personajes del mundo de Gotham, como lo son Robin, Enigma, Talia al Ghul, Zatanna o incluso el propio Batman. Todo un reparto de lujo para amenizar la historia de las tres supervillanas por excelencia de DC Cómics.

En definitiva, considero que se trata de una historia amena y divertida, con algunas deficiencias en aspectos argumentales que pueden salvarse si tenemos en cuenta el dibujo y la extensión de la serie. Una buena opción si queremos adentrarnos en el mundo del cómic y aparcar por un rato los formatos a los que acudimos con mayor asiduidad.
 

 

 

 

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