Hablar del Festival Boreal y reducirlo a un simple espacio en el que artistas suben a un escenario para el deleite de su audiencia, es un enorme error.
Boreal se autodenomina como un espacio de diversidad sonora y sensibilización ambiental en el que el público asistente participa de un singular modelo de entender las culturas del mundo a través de las músicas del planeta y de múltiples actividades paralelas. Pensado para un amplio abanico de públicos, engloba un heterogéneo target de edades, con programas adaptados y participativos, siendo la música el eje principal.
El hecho de celebrarse en el municipio de Los Silos (en la llamada Isla Baja del noroeste de Tenerife, un ámbito geográfico no metropolitano, alejado de los focos del turismo de masas y de los grandes polos económicos y del desenvolvimiento cultural en la isla), le confiere una carta múltiple de naturaleza descentralizada.
En 2021, Boreal celebró su decimocuarta edición, en la que pudimos disfrutar de un cartel compuesto íntegramente por mujeres artistas.
Así, hasta 15 creadoras femeninas, entre las que se encontraba la tunecina Emel Mathlouth, coparon el cartel. El resto de artistas que tomaron protagonismo sobre los escenarios fueron A Garota Não (Portugal), Alicia Ramos (Canarias), Ami Yerewolo (Mali), Anna Andreu (Cataluña), Dafné Kritharas (Grecia/Francia), Djazia Satour (Argelia), Flor de Canela (Canarias/Cataluña), Lajalada (Canarias), Lucía Tacchetti (Argentina), Mari Kalkun (Estonia), Maria Rodés (Cataluña), Queralt Lahoz (Cataluña), Selma Uamusse (Mozambique) y Verde Prato (Euskadi).
Sin duda alguna, un exquisito plantel que no dejó indiferente a nadie.
Aunque únicamente pudimos disfrutar de las actuaciones que tuvieron lugar el cuarto día de festival, nos llevamos un grato recuerdo de lo vivido en Los Silos esa noche.
No podemos negar que la Isla Baja es magia pura, y si a eso le sumamos las voces de estas increíbles mujeres... tenemos los ingredientes perfectos para el mejor de los cócteles.
Le decimos adiós al Boreal con emoción y calma a partes iguales... con un beso de despedida que tranquiliza y enciende a la vez.